anexo gk26.a16/389
eran grandes tiempos
Corrían vientos que traían grandes perspectivas desde lo más lejano, de otros confines del mundo. Vientos de cambio, los llamarían los eruditos.
Se olía en el aire la lucidez del momento, las ideas se clarificaban cada vez que acudían a las mentes bien pensantes.
Había soluciones para los eternos problemas de la humanidad. Era uno de esos momentos mágicos en que todo parecía tener arreglo inmediato.
Nos sentíamos capaces de emprender cualquier tipo de empresas, por descabelladas que pareciesen, con la sensación de que podríamos llevarlas a buen puerto.
Eramos, de nuevo, aquellos seres envidiables, con capacidad para ocuparnos de todo aquello que normalmente nos agobiaba sin permitirnos dar un paso adelante y de un plumazo acabar con todos nuestras preocupaciones.
Wednesday, August 15, 2007
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