Gustavo 15
La mesura y el descontrol
Sabias y justas palabras. No existe la una sin la otra. Gustavo lo sabe muy bien. En el término medio está la virtud. No hay nada prohibido, no hay nada ilegal, no hay nada que no se pueda hacer, nadie tiene la vara de medir con exactitud que es lo que hay que hacer ni sabe donde está el límite de nada. Cada individuo tiene el suyo, o al menos intenta encontrarlo, ése es uno de los puntos clave cuando enfrentamos nuestra propia evolución y buscamos el equilibrio, si es que éste realmente existe. No es lo mismo para un currante que a pie de obra se machaca físicamente todos los días, que para un millonario que no da un palo al agua ni en broma. Pero para todos hay una cosa exactamente igual. Cada uno tiene que echar todos los días en el fiel de la balanza su vida y lo que va aconteciendo, y lastrar convenientemente el otro lado para así compensar la parte más alienante de la vida. Aquello que quisiéramos olvidar, o no haber vivido, y que lamentablemente ocupa gran parte de nuestra cotidianeidad. “Life’s hard and then you die”, como se suele decir. Y Gustavo siempre apostilla: “Así que entre medias disfruta todo lo que puedas, mi hermano, que eso es lo que te vas a llevar al otro barrio”. El problema grave sobreviene cuando el disfrute viene de la mano del alcohol, con el consiguiente deterioro y la erosión que este produce. Pero, nadie es perfecto y además Gustavo no es precisamente un ejemplo a seguir, nunca ha pretendido ser emulado, ni sus prédicas caminan en esa dirección.
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