Wednesday, February 14, 2007

Gustavo 4. Samaritano

Gustavo 4

Samaritano

Mi amigo López se había sentido repentinamente indispuesto. Sus profundas ojeras denotaban algo peor de lo que él quería hacerme creer. Le llevé al Hospital Clínico, al servicio de urgencias. No pasamos del médico de puerta, nos echaron enseguida. Decían que los mareos no eran un síntoma grave, que seguramente lo que le hacía falta era tomarse unas cuantas copas más.

“Gracias”, dijo él. “Lo ves, ya te decía yo que no era nada”.

No era nada, no era nada. Lo peor vino al día siguiente. Se empeñaba en que no sabía quién era. Se le había hinchado la cara y el tío insistía en no acordarse de su nombre, y venga preguntarme que hacía yo en su casa. Con el trabajo que me había costado llevarle a la mía. Menudo hijo de puta estaba hecho el tío. Con mi mejor pijama puesto y encima quería echarme. ¡De mi propia casa!. Iba a tener que matarle para sacarle de allí.

Gustavo 3. No es fácil ganarse el pan

Gustavo 3

No es fácil ganarse el pan

Cuando las cosas se ponen duras lo más fácil es salir corriendo pero a veces no tienes ganas de hacerlo, así que hay que hacer de tripas corazón, hacerte fuerte en el lugar en el que te hallas, hacer frente a los problemas y a los golpes. Otras veces lo más prudente, sencillo y recomendable es tratar de esquivarlo todo, y empezar de nuevo. ¡Como si eso fuese tan simple!. Cuando llueven los golpes no los notas, pero suman, después salen los cardenales y al final cuando ya perteneces a la curia romana, tratas de endurecerlo pero cuesta, sobre todo por que duele un montón. Básicamente lo que ha sucedido es que te has enfriado, y tienes que empezar de nuevo, dónde tienes la razón, dónde la devoción. Te preguntas que es lo que ha salido mal, y en realidad nada ha salido mal, es sólo que has topado con gente que no razona ni piensa, ni saben hacerlo ni tienen tiempo para eso. Te quitan de en medio porque creen que les vas a molestar, no se plantean ninguna otra disyuntiva. No tienen ética ni moral, nadie se la ha enseñado. Gustavo sí sabe dónde lo tiene todo. Un buen detective nunca se duele ni llora, sólo sale y enfría el asunto. ¿Qué son?. Siete, ocho copas, barato. Lo demás es puro cuento. En este negocio lo jodido es cobrar la cuenta al final. ¿A quién?. Y, ¿porqué?. Cuándo cobras, ¿es la persona adecuada la que ha pagado?, Y al final, cuando te pagan, ¿era eso lo que te debían?. Si es así, has sido afortunado. Otros se quedaron por el camino y no retuvieron ni el dinero, ni el honor, ni el orgullo, ni la decencia, algunos incluso perdieron la vida. Así que considérate afortunado, si has conseguido alguna de estas cosas o en su defecto, cualquier otra.

Octubre 1999.