Monday, March 5, 2007

Gustavo 17. Autocontrol.

Gustavo 17

Autocontrol

Gran punto. ¿Cómo conseguirlo?. ¿Es innato o adquirido?. ¿Es necesaria su búsqueda, o es imposible hallarlo?. Gran pregunta, de momento sin respuesta; en realidad Gustavo no la busca, sabe que el camino es lo que realmente importa. La gente que se encuentra a ambos lados del mismo, los que quedan atrás y los que se hallan más adelante, más los que caminan en paralelo. Cada uno trata de abrir su propio sendero, no todos los caminos están bien asfaltados, a veces hay que ir abriéndose paso a machetazos, como si de la jungla se tratase. Lo más importante tampoco es avanzar, sino el hecho de que de vez en cuando hay que moverse, sobre todo cuando ya no puedes quedarte quieto. Cuando la insatisfacción llama a la puerta, hay que abrirle y caminar, en cualquier dirección, sin que te preocupe hacia donde. El movimiento es lo que importa. Lo peor es que siempre hay que explicarlo todo.

Gustavo 16. La lucha interior.

Gustavo 16

La lucha interior

Kurdeski es un personaje más que curioso y en algún sentido algo autodestructivo; cuando no tiene contra que luchar, lucha contra sí mismo. Es acojonante. Los efectos devastadores del alcohol sobre su hígado y sus riñones dejan una huella indeleble sobre su salud. Sin embargo sabe muy bien que tiene la necesidad de buscar la frontera de la embriaguez, el lugar donde su mente funciona con una claridad casi meridiana, a veces me atrevería a decir que incluso mejor que cuando está sereno, pero su problema es que últimamente no consigue encontrar el punto adecuado, y siempre se desfasa, no tiene suficiente. Le cuesta horrores encontrar el punto que siempre se había jactado de conseguir, ese que le permite hablar y escuchar sin perder el hilo, ese que le permite intervenir en todas las historias en las que tú hubieras querido intervenir, ese que le permite elucubrar sumiéndose en sus propios pensamientos, ordenar y reunir todas las piezas de todos y cada uno de sus casos, y a partir de ahí, controlarlo todo.

Gustavo 15. La mesura y el descontrol.

Gustavo 15

La mesura y el descontrol

Sabias y justas palabras. No existe la una sin la otra. Gustavo lo sabe muy bien. En el término medio está la virtud. No hay nada prohibido, no hay nada ilegal, no hay nada que no se pueda hacer, nadie tiene la vara de medir con exactitud que es lo que hay que hacer ni sabe donde está el límite de nada. Cada individuo tiene el suyo, o al menos intenta encontrarlo, ése es uno de los puntos clave cuando enfrentamos nuestra propia evolución y buscamos el equilibrio, si es que éste realmente existe. No es lo mismo para un currante que a pie de obra se machaca físicamente todos los días, que para un millonario que no da un palo al agua ni en broma. Pero para todos hay una cosa exactamente igual. Cada uno tiene que echar todos los días en el fiel de la balanza su vida y lo que va aconteciendo, y lastrar convenientemente el otro lado para así compensar la parte más alienante de la vida. Aquello que quisiéramos olvidar, o no haber vivido, y que lamentablemente ocupa gran parte de nuestra cotidianeidad. “Life’s hard and then you die”, como se suele decir. Y Gustavo siempre apostilla: “Así que entre medias disfruta todo lo que puedas, mi hermano, que eso es lo que te vas a llevar al otro barrio”. El problema grave sobreviene cuando el disfrute viene de la mano del alcohol, con el consiguiente deterioro y la erosión que este produce. Pero, nadie es perfecto y además Gustavo no es precisamente un ejemplo a seguir, nunca ha pretendido ser emulado, ni sus prédicas caminan en esa dirección.