El deseo inconsciente de acabar hecho pedazos para buscar después quien te recomponga nos acompaña siempre, independientemente de si lo reconocemos o no.
El mar
Quiero ser arrastrado por la corriente
Quiero ser despedazado por el oleaje
Quiero que los restos de mi naufragio
Puedan al fin ser recogidos por ti en la orilla
Quiero que la deriva me deposite en tus brazos
Quiero que tu ternura me recomponga lentamente
Siento que realmente lo has hecho tantas veces
Que sin tu abrazo probablemente no sería.
Y en la oscuridad en la que me siento ahora, esa que es más profunda que cualquier otra en la que me haya hallado sumido; y creo que puedo decir que he habitado otras profundidades, y también que cuanto más profundo es el abismo y más lejos te hallas de la luz, con mayor claridad ves lo que hay a tu alrededor. Parece una paradoja, y sin embargo siento que no lo es; siempre he pensado que lo sencillo es lo realmente difícil de llevar a cabo, y que en la simplicidad está el camino. Por eso sin conocerlo demasiado, siempre me he sentido cercano a la filosofía budista, al zen, porque descansa sobre los principios de la sencillez, que están por encima de todo, que son los que mueven el mundo. Por cierto, ¿habeis oído hablar del efecto mariposa?.
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